MEDIO AMBIENTE
Ancares cuenta ya con 750 rebecos y 100 cabras hispánicas tras las repoblaciones
.— El rebeco y la cabra hispánica ya han vuelto a hacerse con Los Ancares, varias décadas después de que desaparecieran del paraje. Según los datos del Servicio Territorial de Medio Ambiente en León de la Junta de Castilla y León, en la zona hay censados en torno a 750 rebecos y 100 cabras.
El rebeco se extinguió de la sierra aproximadamente en 1950 y se reintrodujo 30 años después, más o menos en 1980. La cabra hispánica, por su parte, llevaba muchos más años desaparecida de la zona. Se extinguió a finales del siglo XIX y se reintrodujo en el año 1999.
Actualmente, el censo se controla a través de los ocho celadores que la Junta de Castilla y León tiene distribuidos por los Ancares. El personal se reparte por zonas y localiza uno por uno a cada ejemplar, ya que conocen perfectamente donde habitan y pernoctan.
Cuando se soltaron los primeros ejemplares, estos llevaban consigo unos collares radiotransmisores que permitía a los agentes controlarlos en todo momento. En torno a dos años después, los collares se desactivan por sí mismos.
El proceso de repoblación de la cabra se inició con la suelta de cinco ejemplares. El sistema utilizado para llevar a cabo la repoblación se basa en la información obtenida por medio de un satélite que permite estudiar las propiedades geográficas y de forma de un territorio. Con el plan de repoblación se pretendía devolver tanto a la zona berciana de Los Ancares, como a la parte gallega una especie que desde hace cien años no vive salvaje en estas zonas
El rebeco es un bóvido de unos dos metros de largo, unos 40 kilogramos de peso y tiene una constitución parecida a la de la cabra. Habita en media y alta montaña, en extensiones de bosque. En invierno baja hasta las zonas soleadas del límite del bosque. Se alimenta de hierbas, plantas herbáceas, brotes, hojas, líquenes y musgos. De ahí, que algunos ecologistas hayan ya dado voces de alarma sobre la necesidad de un mayor control de esta especie porque la superpoblación podría provocar graves problemas en la flora de Ancares
La cabra hispánica es mayor que el rebeco. El macho puede llegar a alcanzar los 90 kilos y sus pezuñas les permiten adaptarse a los terrenos mas escarpados. Sin embargo tiene problemas con la nieve ni el hielo, por lo que se desplazan en altitud según las estaciones del año. Ambas son consideradas especies cinegéticas en la comarca y son valiosos trofeos de caza. En el caso del rebeco, la cacería puede suponer el desembolso de unos 16.000 euros por pieza.
El rebeco se extinguió de la sierra aproximadamente en 1950 y se reintrodujo 30 años después, más o menos en 1980. La cabra hispánica, por su parte, llevaba muchos más años desaparecida de la zona. Se extinguió a finales del siglo XIX y se reintrodujo en el año 1999.
Actualmente, el censo se controla a través de los ocho celadores que la Junta de Castilla y León tiene distribuidos por los Ancares. El personal se reparte por zonas y localiza uno por uno a cada ejemplar, ya que conocen perfectamente donde habitan y pernoctan.
Cuando se soltaron los primeros ejemplares, estos llevaban consigo unos collares radiotransmisores que permitía a los agentes controlarlos en todo momento. En torno a dos años después, los collares se desactivan por sí mismos.
El proceso de repoblación de la cabra se inició con la suelta de cinco ejemplares. El sistema utilizado para llevar a cabo la repoblación se basa en la información obtenida por medio de un satélite que permite estudiar las propiedades geográficas y de forma de un territorio. Con el plan de repoblación se pretendía devolver tanto a la zona berciana de Los Ancares, como a la parte gallega una especie que desde hace cien años no vive salvaje en estas zonas
El rebeco es un bóvido de unos dos metros de largo, unos 40 kilogramos de peso y tiene una constitución parecida a la de la cabra. Habita en media y alta montaña, en extensiones de bosque. En invierno baja hasta las zonas soleadas del límite del bosque. Se alimenta de hierbas, plantas herbáceas, brotes, hojas, líquenes y musgos. De ahí, que algunos ecologistas hayan ya dado voces de alarma sobre la necesidad de un mayor control de esta especie porque la superpoblación podría provocar graves problemas en la flora de Ancares
La cabra hispánica es mayor que el rebeco. El macho puede llegar a alcanzar los 90 kilos y sus pezuñas les permiten adaptarse a los terrenos mas escarpados. Sin embargo tiene problemas con la nieve ni el hielo, por lo que se desplazan en altitud según las estaciones del año. Ambas son consideradas especies cinegéticas en la comarca y son valiosos trofeos de caza. En el caso del rebeco, la cacería puede suponer el desembolso de unos 16.000 euros por pieza.
1 comentario:
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