La fatalidad del hermano OSO.
En un paseo entre amigos la semana pasada por los montes de Bierzo en busca del amigo oso, en un día lluvioso, en ese encanto entre niebla y lluvia de primavera, cuando la fusión de la amistad y el bosque se unen en un único sentido y la mirada no para de moverse buscando el ansiado encuentro y poder plasmar en una de mis fotografías el instante tan bello que es ver con tus propios ojos un animal tan mítico, tan tímido y escurridizo y tan indefenso como es el hermano oso, entre carreteras, minas a cielo abierto y miles de pistas que no llegan a ningún lado, te preguntas si seremos capaces de poder mantener esta relación tan sutil entre el hombre y el oso, si estaremos a la altura de no romper ese hilo de seda que nos une entre nosotros y el hermano oso, si seremos responsables con su medio, si tendremos pasaporte para entrar en su bosque, si molestaremos a los susurros de su bosque, si los dioses nos dejaran verlo y sobre todo si seremos capaces de convivir, vivir y dejar vivir a nuestro hermano sin romper el hilo de seda. La respuesta la tragamos sin poder ni siquiera tomar un trago de las aguas de sus bosques. Nos la tragamos en unas fotos que yo nunca más podré sacar, que nunca más podré soñar, esas fotos del hermano oso muerto en Burbia ,ese oso que nunca más paseara a nuestro lado por un sencilla razón al final el hilo se ha roto. Sí, la respuesta es clara, no estamos preparados, tendremos que seguir sufriendo en silencio su muerte sin mucho ruido por que el oído sutil del furtivo esta esperando la señal para jodernos a nosotros y a ellos y, lo que es peor, si lo comentamos somos los malos, los toca cojones, los que no queremos a los ganaderos ni a los cazadores que queremos el monte solo para nosotros, qué necios, qué falta de respeto a sus hijos, su herencia, la nuestra, la suya y, como no, la del hermano oso. Siento que no podamos convivir juntos, siento que no estemos todavía preparados para estar juntos y sin embargo la semana pasada los dioses del bosque nos dejaron verlo, no nos dio tiempo a fotografiarlo pero los amigos que allí estábamos no lo olvidaremos mientras vivamos y se lo comentaremos a nuestros hijos, a nuestros amigos pero en silencio por que no estamos preparados.
En un paseo entre amigos la semana pasada por los montes de Bierzo en busca del amigo oso, en un día lluvioso, en ese encanto entre niebla y lluvia de primavera, cuando la fusión de la amistad y el bosque se unen en un único sentido y la mirada no para de moverse buscando el ansiado encuentro y poder plasmar en una de mis fotografías el instante tan bello que es ver con tus propios ojos un animal tan mítico, tan tímido y escurridizo y tan indefenso como es el hermano oso, entre carreteras, minas a cielo abierto y miles de pistas que no llegan a ningún lado, te preguntas si seremos capaces de poder mantener esta relación tan sutil entre el hombre y el oso, si estaremos a la altura de no romper ese hilo de seda que nos une entre nosotros y el hermano oso, si seremos responsables con su medio, si tendremos pasaporte para entrar en su bosque, si molestaremos a los susurros de su bosque, si los dioses nos dejaran verlo y sobre todo si seremos capaces de convivir, vivir y dejar vivir a nuestro hermano sin romper el hilo de seda. La respuesta la tragamos sin poder ni siquiera tomar un trago de las aguas de sus bosques. Nos la tragamos en unas fotos que yo nunca más podré sacar, que nunca más podré soñar, esas fotos del hermano oso muerto en Burbia ,ese oso que nunca más paseara a nuestro lado por un sencilla razón al final el hilo se ha roto. Sí, la respuesta es clara, no estamos preparados, tendremos que seguir sufriendo en silencio su muerte sin mucho ruido por que el oído sutil del furtivo esta esperando la señal para jodernos a nosotros y a ellos y, lo que es peor, si lo comentamos somos los malos, los toca cojones, los que no queremos a los ganaderos ni a los cazadores que queremos el monte solo para nosotros, qué necios, qué falta de respeto a sus hijos, su herencia, la nuestra, la suya y, como no, la del hermano oso. Siento que no podamos convivir juntos, siento que no estemos todavía preparados para estar juntos y sin embargo la semana pasada los dioses del bosque nos dejaron verlo, no nos dio tiempo a fotografiarlo pero los amigos que allí estábamos no lo olvidaremos mientras vivamos y se lo comentaremos a nuestros hijos, a nuestros amigos pero en silencio por que no estamos preparados.
Luisma.(GAZTELU).
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