domingo, octubre 29, 2006

Una joya natural en la que se refugian especies en extinción y árboles milenarios
La complicada geografía de Los Ancares y las elevadas alturas de sus cumbres han sido, a lo largo del tiempo, la mejor fortaleza defensiva para la fauna y la flora bercianas. Toda esta riqueza natural será estudiada e investigada para su mejor protección bajo los criterios de la red mundial de Reservas de la Biosfera.
Los Ancares tienen más de un 10% de su superficie ocupada por formaciones arboladas de carácter autóctono, según el informe elaborado por Ecourban Consultores para fundamentar la propuesta que le sirvió al comité internacional de coordinación, CIC, del MAB para aprobar la declaración de Reserva de la Biosfera. Existen poblaciones de tejos milenarios, de difícil supervivencia que en el Bierzo no sólo sobreviven sino que en algún caso se desarrolla por encima de lo normal y en casi todos suman centenares, cuando no miles, de años. Por ejemplo, el tejo de San Cristóbal de Valdueza, que tiene una altura de más de 13 metros.
Los Ancares bercianos también tienen miles de castaños y bosques de robles o rebolos. Estas zonas arbóreas albergan numerosas especies singulares, específicas de estos hábitats. Destacan también los importantes bosques de acebos, como el de Porcarizas.
Entre las especies que viven en Los Ancares destaca el oso pardo cantábrico, cuya población está aumentando su reproducción. Su cifra rondaba el año pasado entre 100 y 130 ejemplares que tienen parte de su hábitat cantábrico en la zona del Alto Bierzo lindando con Laciana. Además, el lobo, el polémico príncipe de los montes de la comarca, tiene su hueco en esta intensa red de vida que sustenta la naturaleza de Los Ancares.
En este territorio también han ido recuperando en el Bierzo la presencia de rebecos y cabras hispánicas después de las repoblaciones y, actualmente, hay unos 750 de los primeros y unas 100 de las segundas. Estos animales desaparecieron durante décadas y fueron reintroducidos aproximadamente hace 20. La nueva Reserva de la Biosfera también servirá para salvaguardar aún más las zonas de especial protección de aves (Zepa), de las que Los Ancares leoneses cobijan algunos de los casi desaparecidos urogallos, pero también ejemplares de chocha perdiz, el halcón abejero, el águila calzada o el agateador norteño.
En Los Ancares leoneses también se encuentran reptiles endémicos como la víbora Seoane, la lagartija de Bocage o la serrana y mamíferos como el lirón gris, la ardilla roja, el erizo europeo, el corzo o el jabalí. Los anfibios han comenzado a luchar por su espacio desde que la contaminación y el abandono del regadío han limitado la cría de algunas de estas especies, como el tritón alpino. Además, en la zona hay murciélagos catalogados como vulnerables en el Libro Rojo de España: el pequeño de herradura y el ratonero grande.
Tampoco puede dejar de comprobarse la riqueza y belleza de los lagos y humedales, que comparten espacio con antiguos castros y casi olvidadas fortalezas.

No hay comentarios: